Durante los últimos años hemos sido testigos del boom de los dispositivos con navegadores incorporados, entre estos podemos mencionar a las consolas de videojuegos, las tablets, las notebooks, los e-readers, los smartphones y cada uno de estos tiene distintos navegadores, resoluciones de pantallas, orientaciones y layouts. Partiendo de la base de que el diseño de una web, para que funcione, tiene que estar centrado en el usuario (y no en el diseñador, en el programador o en el dueño de la web), es importante que la experiencia que tiene el usuario con nuestra web sea lo más placentera posible con independencia de qué medio esté usando para verla.

El Responsive Web Design o Diseño Web Adaptable son una serie de técnicas que permiten a nuestra página web adaptarse al medio a través del cual un usuario está accediendo a la misma. Los tamaños de pantalla cambian según el medio con el que se accede (no es lo mismo una pantalla de un iPhone que la de un monitor panorámico de sobremesa) pero el usuario cada vez más exige que su experiencia, usando nuestra web, sea la óptima en cada caso concreto. Utilizando HTML y principalmente CSS podemos servir al usuario una versión de nuestra web en función del ancho de pantalla utilizado. Es decir, nuestra web se adapta al ancho de pantalla, responde ante los cambios del tamaño la misma.